El proyecto de ley nacional de respuesta integral, no solo refiere al VIH, sino que incorpora en la misma normativa a las hepatitis virales, otras infecciones de transmisión sexual y la tuberculosis.
El Senado de la Nación aprobó en la noche de este jueves, por amplia mayoría, y convirtió en ley, el proyecto de VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual, que propone un abordaje integral desde la salud colectiva y busca brindar contención e información para derribar prejuicios y situaciones de discriminación.
La discusión del proyecto, que finalizó pasadas las diez de la noche, fue seguido desde las gradas del recinto de la Cámara alta por decenas de pacientes, que aplaudieron de manera cerrada cada discurso.
El proyecto fue votado por sesenta votos a favor y uno en contra, del jefe del bloque PRO, el misionero Humberto Schiavoni.
La iniciativa, que fue presentada originalmente por la diputada Carolina Gaillard, del Frente de Todos, establece -entre otros puntos- la creación de un Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación, con el fin de visibilizar, documentar y erradicar las vulneraciones a los derechos de las personas afectadas.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de más de 200 instituciones y organizaciones civiles, plantea un cambio de perspectiva y pone foco en lo social, apuntando a mejorar la calidad de vida y prevenir muertes evitables.
Propone, además, que toda prueba para detectar esas patologías deberá ser voluntaria, gratuita, confidencial y universal, a la vez que promueve la creación de un régimen de jubilación especial, de carácter excepcional para quienes transiten las enfermedades de VIH y hepatitis B o C, así como una pensión no contributiva de carácter vitalicio para quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad social.
De este modo, quienes acrediten al menos diez años desde el diagnóstico de la enfermedad y 20 años de aportes jubilatorios, pueden solicitar la jubilación a partir de los 50 años.
El proyecto también promueve la capacitación, investigación, difusión de campañas masivas y la conformación de una Comisión Nacional de VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis, integrada de forma interministerial e intersectorial por representantes de los organismos estatales, sociedades científicas y organizaciones de la sociedad civil con trabajo en estas patologías.
La integración de esta comisión debe ser determinada por vía reglamentaria y garantizar representación federal y de géneros.
También se propone un Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación, con el objetivo de visibilizar, documentar, disuadir y erradicar las vulneraciones a los derechos humanos de las personas afectadas.
El jefe de la Comisión de Salud, el oficialista tucumano Pablo Yedlin, elogió la actual Ley de VIH y la calificó como “precursora en el mundo y sobre todo en la región”.
“Se diagnostican por año 4.500 casos con una tasa de 11 por cien mil. En tanto que la tasa de mortalidad está en 2,8 por cada cien mil habitantes”, mencionó Yedlin.
Además, indicó que “el treinta por ciento de los pacientes que se diagnostican lo hace en un período tardío de la enfermedad”, y señaló que “el 65 por ciento de los pacientes se atiende en el sector público”.
El vicepresidente de la Comisión, el jujeño Mario Fiad, refirió que “esta ley viene a actualizar la ley vigente y que tiene el adicional de incluir también a las hepatitis virales y a otras infecciones de transmisión sexual desde una perspectiva de los derechos humanos”.
“Creo que estamos llegando tarde, porque no necesitamos de estas leyes para saber que el universo de las personas afectada por estas patologías tienen sus derechos consagrados”, agregó.
Movilizaciones de este jueves
Personas viviendo con VIH de diferentes edades, provincias y organizaciones se movilizaron desde el mediodía de este jueves frente al Congreso para reclamar la aprobación de la nueva ley de VIH, que trató y convirtió en ley el Senado, en el marco de un colorido acto cuyo escenario cedieron por momentos a las familias que aguardaban la aprobación de otra norma que también se aprobó, la de oncopediatría.
"Este proyecto de ley viene a atacar las dos barreras principales que tiene la respuesta al VIH en la Argentina que son la pobreza y la discriminación, con acciones concretas como una pensión no contributiva, un régimen especial previsional para las personas que no lleguen a cumplir los años de aporte o políticas específicas que prohíban la discriminación", dijo a Télam Matías Muñoz, coordinador del capítulo Argentina de la Alianza Mundial contra el Estigma y la Discriminación Asociados al VIH mientras los parlantes reproducían clásicos de la cumbia que a todos ponían a bailar.
El día de sol radiante, con una temperatura inusualmente alta para esta época del año, contribuyó para que más gente se acercara al sector de la Plaza de los Dos Congresos, sobre Avenida Entre Ríos, donde se instaló un gran escenario y una pantalla gigante que retransmitía lo que ocurría en el recinto.
Rodeando la tarima, se instalaron gazebos de algunas de las organizaciones que forman parte del convocante Frente Nacional por la Salud de las personas con VIH, tales como Ciclo Positivo, la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (Rajap), la Red Nacional de Personas Viviendo con VIH, la Alianza Mundial contra el Estigma y la Discriminación Asociados al VIH, entre otras. Y también el Inadi tuvo un puesto de información.
Si bien el clima era de mucho festejo anticipado -con música sonando, banderas al viento, risas, baile y activistas "montados" como si se aprestaran a desfilar en la marcha del Orgullo-, en varios tramos de los discursos fueron apareciendo reiteradamente las lágrimas y no siempre de emoción, al evocar a los militantes de esta reforma que fueron quedando en el camino, algunos de ellos como consecuencia de la pandemia de la Covid-19.
Por su parte, José María Di Bello, de la Fundación Efecto Positivo (GEP), afirmó que "ninguna ley de ningún otro lugar del mundo" contiene "todos los aspectos de protección social que incluye nuestro proyecto" y el hecho de aprobarla "nos pone nuevamente en la vanguardia de la avanzada en la conquista de derechos" en materia de VIH.
El histórico activista aseguró que en estos ocho años de lucha desde la redacción del proyecto, éste "evolucionó" al calor de las mismas circunstancias "y a partir de una situación terrible como fue la quita de las pensiones no contributivas a las personas con VIH durante el macrismo" se incorporó un régimen nuevo para personas positivas, "porque nos dimos cuenta que no podían depender de la voluntad política del gobierno de turno" y debían formar parte de la letra de la ley bajo una denominación específica.
"Durante estos años hemos avanzado mucho a nivel de tecnologías médicas y eso nos ha dado una sobrevida, pero con ella vinieron un montón de otros impactos, que tienen que ver con lo social y laboral, y a eso le estamos dando respuesta con esta ley. Yo soy un convencido de que va a salvar muchas vidas", dijo.
Una de las personas a las que el macrismo le quitó la pensión no contributiva fue María Sánchez de Positivos La Matanza. Fue a partir de esta situación que se incorporó a la organización junto a otras y otros de diversas localidades como Moreno, Pilar, Mar del Plata y San Bernando.
A su turno, Andrea Rotela, de Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH/SIDA (ICW), contó qué suele contestar cuando las personas le preguntan "para qué queremos una nueva ley si ya tienen una ley" que incluye el acceso gratuito a la medicación: "sí, tenemos una ley 100% paliativa, pensada para acompañarnos a una muerte más digna" pero hoy que la condición de persona positiva se asemeja a sobrellevar una enfermedad crónica y que se ha demostrado que indetectable es igual a intransmisible, "necesitamos otras cosas, una ley como esta, con enfoque de derechos humanos, con perspectiva de género, con un capitulo específico sobre mujeres y personas gestantes".