Puede ser una imagen de 9 personas, fuego y multitud

Durante la madrugada hubo nuevos incidentes entre la policía y los grupos de manifestantes que se movilizan en reclamo por el asesinato de un joven en manos de la policía.

Casi 900 personas fueron detenidas en Francia entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, en la tercera jornada de protestas y disturbios por el asesinato de un joven repartidor baleado por la policía, que incluyeron saqueos y daños en comercios del centro de París y quema de unos 2.000 vehículos, informó el Gobierno.

El Ministerio del Interior precisó que 875 personas fueron detenidas, casi la mitad de ellas en París (408) y sus alrededores suburbanos, 492 edificios fueron atacados, 2.000 vehículos incendiados y se detectaron 3.880 incendios en las calles.


Al caer la noche, la violencia emergió con más fuerza. En París, varias tiendas en el centro comercial Halles y la calle Rivoli, que lleva al museo Louvre, fueron "vandalizadas", "saqueadas" o "incendiadas", dijo un alto cargo policial citado por AFP.

En Pau, en el suroeste, los manifestantes lanzaron una bomba molotov contra una comisaría, informó la prefectura. Y en Lille (norte) un ayuntamiento de distrito fue incendiado y otro apedreado, explicó la alcaldía.

En la noche previa habían sido incendiadas comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos.

El regulador del transporte público en la región parisina IDFM anunció la suspensión hasta nuevo aviso del servicio público de colectivos y tranvías este viernes a partir de las 21, tal como ocurrió en la víspera.

LA ONU LE RECLAMÓ A FRANCIA QUE SE OCUPE DEL "PROFUNDO PROBLEMA DEL RACISMO" EN LA POLICÍA

La ONU pidió a Francia ocuparse seriamente de los "profundos" problemas de "racismo" en sus fuerzas de seguridad, tres días después del asesinato de un adolescente por el disparo de un policía.

"Es el momento de que el país aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación racial entre las fuerzas de seguridad", declaró Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa periódica de la ONU en Ginebra.

Tras tres noches de altercados, "instamos a las autoridades a garantizar que el recurso a la fuerza por parte de la policía contra los elementos violentos en las manifestaciones siga respetando los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y responsabilidad", señaló la portavoz.

Shamdasani también expresó su preocupación por el estallido de violencia causado por la muerte del adolescente. "Comprendemos que ha habido muchos saqueos y violencia por parte de ciertos elementos que utilizan las manifestaciones para esos fines, y que ha habido un gran número de policías que resultaron heridos", añadió, según citó la agencia AFP.


La responsabilidad policial
La violencia estalló el martes en las afueras de París y se extendió a otras partes de Francia después de la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente en un control vial que quedó registrado en video.

El agente, de 38 años, fue puesto en prisión preventiva acusado de homicidio voluntario.

La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, afirmó que "todas las opciones" están sobre la mesa para restablecer el orden, al ser consultada sobre la posibilidad de declarar un estado de emergencia como reclama la oposición de derecha conservadora y extrema derecha.

"Examinaremos todas las opciones con una prioridad en mente: el regreso del orden", dijo la primera ministra durante la visita a una comisaría de Évry-Courcouronnes, al sur de París.

Este jueves la Fiscalía de Nanterre, localidad francesa lindante a París, determinó que el policía que mató al joven repartidor de 17 años debe seguir en prisión preventiva. El fiscal Pascal Prache concluyó que no se cumplieron las condiciones legales para el uso del arma.

En una primera instancia, el abogado del agente, Laurent-Franck Liénard, escribió en Facebook que su cliente terminó en la "cárcel por efectuar un disparo que creía necesario, con el arma que le había entregado el Estado para garantizar su seguridad y la de sus conciudadanos", pero después reveló que su defendido le había pedido perdón a la familia del joven.

Repartidor, de 17 años, Nahel fue baleado luego de resistirse a un control policial. El agente adujo que quería "evitar una nueva fuga del vehículo" y aseguró que si desenfundó el arma y le apuntó directamente fue para evitar que volviese a arrancar, aunque el joven igual lo hizo.

Fue en ese momento cuando efectuó el disparo, que según el fiscal atravesó un brazo y el tórax de Nahel, que finalmente terminó estrellándose, según se puede ver en un video que rápidamente se viralizó en internet.