Utilizar, o no, pirotecnia es una decisión. El año nuevo está cerca y habrá otra dura prueba para mascotas y chicos autistas.

Indudablemente, son necesarios los controles para evitar los excesos como el ocurrido en el boliche en la zona de chacras donde el uso inadecuado de fuegos artificiales provocó un incendio de campos, pero no son solo los controles…

La decisión de no usar pirotecnia aporta el grueso de un festejo donde todos celebren y no uno, donde algunos disfruten y otros sufran.

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Hay leyes que resultan inútiles si la sociedad no decide acatarlas voluntariamente. La “Ley seca”, demuestra que lo que se prohíbe puede convertirse en un lucrativo negocio si la sociedad no decide no comprar, no consumir.

Incluso, también es necesario comprender que los controles no son simples. En el caso de la pirotecnia una parte del traslado se hace tipo hormiga y eso dificulta aún más la tarea de controlar.

La parte de la venta es otro tema porque se requieren órdenes de allanamiento. Pero además, si comprador y vendedor están de acuerdo en no dar información, aportan otro gramo de dificultad al hallazgo de pirotecnia.

En definitiva, la solución no pasa solo por eficientizar controles sino también por la decisión de la sociedad de no utilizar pirotecnia.