El panteón de los Sofual fue declarado Patrimonio Histórico de la ciudad de Plaza Huincul. Razones no faltan: además de contener los restos de tres familias pioneras el lugar es único dado que fue construido como refugio atómico. Soufal además, se encargó de plantar los primeros árboles del Campo Santo y perforó un pozo de agua.

El caso es que -aparentemente- alguien construyó un sistema de riego que pasa por delante de la construcción y desde allí se filtró al interior. Los féretros están todos desordenados dado que, evidentemente, flotaron en el agua acumulada en el lugar. Las fotos también tienen huellas de la humedad.

La construcción está recién pintada. Pero esto es solamente la parte externa. los daños están en el interior, son graves y, posiblemente, requieran de la presencia de algún forense para poder manejar los restos mortales.

La edificación es un complejo. Arriba es una capilla con recuerdos de familia y retratos. Luego está el subsuelo con los restos de nueve integrantes de las familias Soufal, Salto y Weber. También había importante documentación histórica.

Los Veteranos de YPF expresaron su preocupación por la situación. Juan Soufal fue un pionero en el pozo 1 pero también fue un activo protagonista de la historia de la ciudad.

Soufal había nacido el 8 de marzo de 1.888 en Stein, una ciudad ubicada a 60 kilómetros de Viena, a orillas del río Danubio. En 1.905 se recibió de técnico y marchó a Hamburgo donde trabajo en astilleros. Unos años después llegaría a la Argentina.

“En el alto de un morro, al lado de una mata verde”. Esa era la instrucción para comenzar a perforar el Pozo 1 que dio el Geólogo Juan Keidel a Enrique Cánepa. Era septiembre de 1.915. Dos meses después, en noviembre, arribó al lugar Juan Soufal, mecánico, herrero y ajustador. Bajó del tren acompañado de sus hijos y su esposa Ana. Descendieron en el kilómetro 1.297, era tarde y esa noche se cobijaron debajo de la alcantarilla.