El presidente de Ucrania dijo que unas mil personas estaban adentro y que es imposible imaginar el número de víctimas.
Un misil disparado por Rusia alcanzó este lunes un centro comercial en una ciudad del centro de Ucrania, donde mató al menos a 11 personas e hirió a otras 56, en uno de los ataques contra un objetivo no militar más mortífero de todo el conflicto.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo que el número de víctimas por el ataque en la ciudad de Kremenchuk era “inimaginable”, y citó informes de que había más de 1.000 civiles en el interior del shopping en el momento del ataque.
Videos filmados desde el estacionamiento mostraban el complejo de dos pisos envuelto en enormes llamaradas de las que salían grandes nubes de humo negro. En otro video, civiles ayudaban a cargar una camilla en una ambulancia.
Kremenchuk, una ciudad industrial de 217.000 habitantes de la provincia de Poltava, sobre las márgenes del río Dnieper, es la sede de la mayor refinería de petróleo de Ucrania.
El gobernador de Poltava, Dmitro Lunin, dijo que 10 personas murieron y 40 resultaron heridas en el ataque al shopping, en el que había más de 1.000 visitantes.
Zelenski enfatizó por Twitter que el objetivo atacado “no representaba una amenaza para el ejército ruso” y no tenía “valor estratégico”, al tiempo que acusó a Rusia de sabotear “los intentos de la gente de vivir una vida normal".
Otro bombardeo ruso mató este lunes a cuatro personas e hirió a 19 más en la norteña ciudad de Jarkov, dijo el gobernador de la provincia del mismo nombre, Oleg Sinehubov, sin dar más detalles.
Los ataques llegan con la guerra ya en su quinto mes y en medio de esfuerzos de las potencias aliadas de Ucrania de mantener la unidad de acción en la entrega de armas a Kiev y la adopción de sanciones contra Rusia por la invasión pese al descalabro económico mundial provocado por el conflicto.
Reunidos en Alemania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los demás líderes del Grupo de los Siete (G7) se comprometieron hoy a apoyar "el tiempo que sea necesario" en términos humanitarios, diplomáticos y militares a Ucrania, y prometieron más sanciones contra Rusia.
En una intervención telemática ante la cumbre del G7, Zelenski instó al G7 a "hacer lo máximo" posible para terminar antes de fin de año la guerra y evitar "la dureza del invierno", que hace más difícil combatir.
La cumbre del G7 se seguirá este martes de otra de la OTAN en Madrid en la que Biden y los otros líderes de los 30 países aliados acordarán reforzar el apoyo militar a Ucrania, dijo el secretario general de la alianza atlántica, Jens Stoltenberg.
Stoltenberg anunció además que la OTAN elevará a 300.000 la cantidad de soldados de su fuerza de reacción rápida, un aumento de casi ocho veces para prepararse para una "era de competencia estratégica" con Rusia y China, según señaló.
El canciller ucraniano, Dmitro Kuleba, dijo que la respuesta de las potencias al ataque contra el shopping de Kremenchuk debía ser "más armas pesadas para Ucrania, más sanciones contra Rusia y más compañías abandonando Rusia".
El primer ministro británico, Boris Johnson, condenó el "ataque espantoso" contra el shopping y dijo que mostraba "el nivel de crueldad y barbarismo" del presidente ruso, Vladimir Putin.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Binken, dijo que el mundo estaba "horrorizado" por el bombardeo y que los responsables iban a "rendir cuentas".
El vocero del secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que el ataque era "totalmente execrable", informó la agencia de noticias AFP.
El bombardeo es de los más letales contra un objetivo civil desde el inicio del conflicto.
En marzo, otro contra un teatro de la ciudad de Mariupol dejó unos 300 muertos, según estimaciones de autoridades locales. Más de 50 personas murieron por el impacto de un misil en una estación de trenes de la ciudad oriental de Kramatorsk en abril. En marzo, 47 personas murieron en otro ataque a un edificio residencial en Jarkov.